Sin duda es un tema muy triste y muy dificil de tratar.
El caso más famoso es el de Pony un pequeña orangután que era explotada sexualmente en Indonesia; conozcamos su historia:
Pony cuando era explotada sexualmente |
La exportación de orangutanes por
parte de Tailandia al resto de Asia, en particular a China, para ser
empleados como animales de compañía, la captura de hembras por parte de
traficantes, que no dudan en asesinar a sus madres, con el fin de
convertirlas en esclavas sexuales en prostíbulos y la destrucción de su
hábitat natural por parte de la industria del aceite de palma, están
abocando a esta especie a la extinción.
Según la Orangutan Conservancy
Norteamericana, los orangutanes sólo viven en Asia, Sumatra y Borneo. Se
estima que quedan unos 20.000 ejemplares vivos, lo que significa que si
esta situación se sostiene en el tiempo se extinguirán en un periodo de
diez años.
Se sabe que es una práctica común en
algunos países de Asia la explotación sexual de hembras de orangután.
Esta denuncia fue aportada por Karmele Llano, veterinaria española
dedicada al cuidado de estos grandes simios en Borneo. Allí fueron
hallados varios ejemplares encadenados que habían sufrido abusos
sexuales por parte de seres humanos. La veterinaria asegura estar en
posesión de datos que confirman que se trata de una práctica muy
extendida en Tailandia.
Ésta era la situación de Pony, un
orangután hembra de 12 años de edad encontrada en un prostíbulo en un
pueblo de Borneocentral, Keremgpatngi, Indonesia. Depilada por completo,
lavada, perfumada y con los labios pintados, estaba encadenada en una
cama para facilitar que los clientes pudieran abusar de ella de modo
impune.
Cabe destacar que los clientes que
frecuentan estos negocios son trabajadores de las empresas madereras y
de plantaciones de aceite de palma.
A la orangután Pony le pintaban los
labios. Era prostituta. Sí. Era violada día a día en una aldea de
Indonesia. No es ficción. "Es la realidad", lo recuerda, Karmele Llano
[Bilbao, 1978], veterinaria vasca, una de las encargadas en su momento
de ayudar a readaptarla. "Llegó la información de que pasaba eso, una
situación completamente ilegal, y se decidió actuar". Van más de 10 años
desde su rescate. Un momento crucial. Se necesitó que intervinieran las
fuerzas militares para liberarla. "Su dueño se oponía porque era su
medio de subsistencia. El pueblo donde estaba también, pues decían que
le traía suerte". Ella tenía unos siete años de edad en el momento en
que fue rescatada. El equivalente -teniendo en cuenta que viven una
media de 50 años- de tener entre 13 y 14 años.
"Nadie sabía cuánto tiempo había
estado allí Pony. La dueña de la casa se negó firmemente a renunciar a
la orangután. Para ella, era una máquina de dinero en efectivo y una
fuente de suerte. No fue un esfuerzo fácil liberar a Pony de este lugar
terrible; cualquiera que tratara de hacerlo se enfrentaba a un ejército
de pobladores de la zona que estaban armados con cuchillos, dispuestos a
luchar por el dueño de casa", recuerdan desde la organización que
actuó, The Borneo Orangutan Survival Foundation (BOS). "Su cuerpo estaba
cubierto de picaduras de mosquitos. No podía dejar de rascarse y su
piel tenía múltiples infecciones". Había sufrido toda su vida.
El primer español que escribió del
caso Pony fue David Jiménez y lo publicó en EL MUNDO. Lo hizo así. "Fue
rescatada... de un burdel de la localidad de Kereng Pangi, en la
provincia indonesia de Kalimantan Central. La encontraron encadenada a
una cama, con los labios pintados, completamente afeitada y adornada con
sortijas. Trabajadores de las empresas madereras y productoras de
aceite de palma que están arrasando los últimos bosques de Borneo
aguardaban turno para abusar de ella. Hizo falta un destacamento de 36
soldados del Ejército indonesio para entrar en el pueblo y llevarse al
animal hasta el refugio de orangutanes de Nyaru Menteng, cerca de la
ciudad de Palangka Raya".
"No fue fácil su readaptación. Pony es muy lista y tenía recuerdos de lo que había vivido. En el refugio, cuando un hombre se acercaba, se iba a una esquina y se orinaba encima. Les tenía pánico. En cambio, eso no pasaba cuando una mujer iba hacia ella", afirma Karmele, hoy presidente de International Animal Rescue, ONG que ha salvado más de un centenar de estos primates. "Era muy inteligente. Aprendía rápido de los humanos, lo bueno y lo malo. Recuerdo que descubrió el mecanismo de cómo funcionaban los ganchos del pelo solo mirando... Poco a poco se fue adaptando y creímos que podíamos devolverla a su hábitat natural, el que apenas había conocido".
Karmele explica cuál es la existencia de los orangutanes que son maltratados. "Normalmente se les captura cuando son bebés, con pocos meses. Pony podría haber sido prostituida desde los cinco años ya que con menos edad es demasiado pequeña... Los orangutanes pueden vivir unos 50 años y tienen procesos muy similares a los de los humanos. Se les caen los dientes de leche...". Llegan a la madurez sexual a los ocho años. Es decir, cuando Pony fue prostituida aún no había siquiera alcanzado ese estadio. Una aberración aún mayor.
Las otras agresiones a estos nobles primates son aterradoras. "La primera agresión es la deforestación. Aquí es aún mayor que en la Amazonía...". Así describe uno de los casos más dramáticos, el de Pelanci. "Rescatamos a un orangután que había caído en una trampa. Le había atrapado la mano. No se pudo liberar por días. Pasó una semana sin comer ni beber. Se descompuso. Cuando llegamos estaba putrefacto. Y ni en ese estado pudo liberarse. Tenía el hombro dislocado del esfuerzo que había hecho por soltarse... Le tuvimos que amputar el brazo. Pensamos que no se iba a salvar. Estuvo ingresado una buena temporada. Pero salió adelante. Ya logró recuperarse y recorre el bosque".
En cambio, la senda de Pony aún no ha acabado. Nadie quiere apresurar su avance. Ya se asume como un caso único. "Mientras se adapta a la isla, recibe el cuidado y la atención especial de los funcionarios que supervisan sus habilidades de desarrollo y supervivencia. Todavía hay un largo camino por recorrer, pero estamos muy aliviados y felices de ver a Pony viviendo en una isla como ésta. Sin lugar a dudas un sitio mejor para ella que en cautividad", aseguran desde BOS. "Se adapta y le gusta la jungla. Es duro todavía para ella. Pero va mejorando día a día. Ya parece tener un novio que le ronda... Por lo pronto es el mundo el que está enamorado de Pony. Es muy famosa", comenta Paulina L. Ela, directora de comunicación de esta institución. "Y quizás en el futuro pueda tener un bebé... Aunque sería un sueño, es muy complicado hablar de un embarazo", afirma pícara.
"No fue fácil su readaptación. Pony es muy lista y tenía recuerdos de lo que había vivido. En el refugio, cuando un hombre se acercaba, se iba a una esquina y se orinaba encima. Les tenía pánico. En cambio, eso no pasaba cuando una mujer iba hacia ella", afirma Karmele, hoy presidente de International Animal Rescue, ONG que ha salvado más de un centenar de estos primates. "Era muy inteligente. Aprendía rápido de los humanos, lo bueno y lo malo. Recuerdo que descubrió el mecanismo de cómo funcionaban los ganchos del pelo solo mirando... Poco a poco se fue adaptando y creímos que podíamos devolverla a su hábitat natural, el que apenas había conocido".
Karmele explica cuál es la existencia de los orangutanes que son maltratados. "Normalmente se les captura cuando son bebés, con pocos meses. Pony podría haber sido prostituida desde los cinco años ya que con menos edad es demasiado pequeña... Los orangutanes pueden vivir unos 50 años y tienen procesos muy similares a los de los humanos. Se les caen los dientes de leche...". Llegan a la madurez sexual a los ocho años. Es decir, cuando Pony fue prostituida aún no había siquiera alcanzado ese estadio. Una aberración aún mayor.
Las otras agresiones a estos nobles primates son aterradoras. "La primera agresión es la deforestación. Aquí es aún mayor que en la Amazonía...". Así describe uno de los casos más dramáticos, el de Pelanci. "Rescatamos a un orangután que había caído en una trampa. Le había atrapado la mano. No se pudo liberar por días. Pasó una semana sin comer ni beber. Se descompuso. Cuando llegamos estaba putrefacto. Y ni en ese estado pudo liberarse. Tenía el hombro dislocado del esfuerzo que había hecho por soltarse... Le tuvimos que amputar el brazo. Pensamos que no se iba a salvar. Estuvo ingresado una buena temporada. Pero salió adelante. Ya logró recuperarse y recorre el bosque".
En cambio, la senda de Pony aún no ha acabado. Nadie quiere apresurar su avance. Ya se asume como un caso único. "Mientras se adapta a la isla, recibe el cuidado y la atención especial de los funcionarios que supervisan sus habilidades de desarrollo y supervivencia. Todavía hay un largo camino por recorrer, pero estamos muy aliviados y felices de ver a Pony viviendo en una isla como ésta. Sin lugar a dudas un sitio mejor para ella que en cautividad", aseguran desde BOS. "Se adapta y le gusta la jungla. Es duro todavía para ella. Pero va mejorando día a día. Ya parece tener un novio que le ronda... Por lo pronto es el mundo el que está enamorado de Pony. Es muy famosa", comenta Paulina L. Ela, directora de comunicación de esta institución. "Y quizás en el futuro pueda tener un bebé... Aunque sería un sueño, es muy complicado hablar de un embarazo", afirma pícara.
Pony ya cumplió 18 años y sigue aprendiendo, va en busca del tiempo sufrido, hallándose. Hay otro aniversario, un año de aquello que los humanos le quitaron. Eso que llamamos libertad.
Fuente:
http://
http://www.elmundo.es/
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